Cuando mis manos arañen el hueco de tu ausencia
Cuando mi voz descalza lastime sus plantas en pos del eco
Cuando mis ojos descamen la luz para inventar tu rasgos
Cuando mi buscarte te encuentre. . .
Tus caricias enlazarán mis manos heridas
Tus palabras tropezarán con mi jadeante silencio
Tu risa saboreará la sal de mi llanto
Y tu piel. . . y mi piel. . .
Tu piel fuego. Mi piel fuente. . .
Cantarán rocíos de alabanzas,
Chispearán delirios de conciencia
Y reunirán ayeres y mañanas. . .
En ese hoy
Principio y fin de mi existencia.
2 comentarios:
Gloria... ¡cuánta belleza en tu palabra! ¡cuánto sentimiento! Simplemente: ¡Excelente poema!
Un beso.
Querida Ana: Mil gracias y más por tu elogiosa apreciación.
Besos
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