¿Quién eres tú, misterio? Nada sé de tu origen, de tu profunda mixtura; no conozco tus laberintos ni los secretos que ocultas en tu seno. Eres mágico, enigmático. Caminas por la vida con distintos disfraces. Tu casa es la sombra, tu amigo, el silencio. Tu equipaje lo anudas en la caja de Pandora. Tus pasos prudentes agigantan tu figura y esa capa de suspenso torna reverente tu presencia. No hay nadie que no intente poseerte, eres imán de promesas, dulces mieles acechan en tu vientre, fantasmas y terrores son guardianes certeros. Augurios de poder sospecho en tu hermetismo y sin embargo el desafío es el anzuelo. ¿Quién eres misterio? Nada sé de tu esencia, si eres ángel o demonio. Sólo sé que me atrapas en presuntas telarañas que comprimen mi cautela y me empujan al vacío. ¿Quién eres? Un abismo tenebroso, un paraíso encubierto, una fantasía insensata, un espejismo sin tiempo? ¿Cuál es el símbolo de tu refugio? Un acertijo, una criptografía, un rompecabezas, un código, un juego? ¿Qué sientes cuando tu vientre se abre y das luz al secreto? ¿Lloras o sonríes? ¿Te vacías? ¿Te liberas? ¿O te apena perder el poder del enigma abierto? ¿Quién…? No, no me quites la intriga, presiento que si insisto, develarás tu encubierto. Y la magia huirá de ti, de mí, como chispas agónicas de un viejo encantamiento. Prefiero no abrir la caja de Pandora para creer en la maravilla de un gran descubrimiento.