sábado, 24 de noviembre de 2012

El miedo

La brisa arremolina palabras que dispersen alguna luz.


Sentir miedo no es cobardía
Cuando se abraza el criterio
Y si es la duda el misterio
De encarar alguna acción
Considere la intención
Y a quién beneficiaría
Apele a la valentía
Si la ocasión lo amerita
Que habrá agua bendita
Sobre una buena gestión.

martes, 6 de noviembre de 2012

El secreto

Una brisa suave enlaza recuerdos y rescata escritos al leer el blog "Los días de mis Noches"


Tengo un secreto guardado bajo siete llaves y gracias a ello, mi vida  desborda de placeres. De los siete pecados capitales abuso de la pereza, la lujuria, la gula y hasta del orgullo.
Camino la vida con botas de siete leguas: desde el primer día de la semana hasta el séptimo, pinto las horas con todos los colores del arco iris y aunque transcurran mis septenios, me mantengo joven, atractivo  y vital.
Pueden pasar sobre mí las siete plagas de Egipto que yo seguiré disfrutando de un lugar en el séptimo cielo. Y no es que tenga un amuleto como puede ser una estrella de siete puntas, o siga un método determinado de vida como los siete principios del Kibalión. ¡No! Tampoco quiero significar con esto que tengo siete vidas como los gatos; no soy inmortal y tal vez cuando muera me esté esperando el cancerbero a las puertas del Hades para pasearme por los siete infiernos del Dante.
Mas, mientras viva gozaré de una apariencia digna de Narciso, tan bello como el pájaro Siete cuchillos, tan delicado como las siete  notas del pentagrama y tan sensual como la danza de los siete velos.
No, no soy una de las siete maravillas del mundo aunque el mundo debería considerarme; tampoco soy uno de los siete enanitos, siempre jóvenes acompañando a Blanca nieves a través de los siglos.  Mi padre es Oscar Wilde y tuvo varios inconvenientes debido a mi nacimiento, así,  mi identidad ya casi está revelada, soy Dorian Gray.
Y les dejo este concepto de mi amigo Lord Henry Wotton: “Lo único que vale la pena en la vida es la belleza y la satisfacción de los sentidos”, aunque, pensándolo bien, les aconsejo que no lo tengan en cuenta.