sábado, 26 de diciembre de 2009

Utopía

Si detuviera de Cronos el paso
Para rescatar la idea anulada
Si desaguara la vida en un vaso
Para atrapar la emoción ahogada

Si atrasara el embate del ocaso
Para restaurar la ilusión gastada
Si recuperara mi ánimo escaso
Para alzar tanta risa aletargada

Me impondría un constante desafío
De apresar soles que pinten las horas
Con pinceles en loco desvarío

Intentaría librar mi albedrío
De la censura que en vano atesora.
Pondría así en juego un gran poderío

sábado, 19 de diciembre de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

Hay esperanza

Hay un beso peregrino
 en el cóndor que abraza el cielo.
… en el sauce que hunde sus verdes brazos en el agua
… en la llovizna que acaricia el paraguas
Y en tus labios que se enredan en mí.


Hay un sueño errante
… en el ciervo que persigue la luna
… en  la palmera que llama al horizonte
… en  el jazmín que enamora a la brisa
Y en mis labios que  tiemblan de frenesí.


Hay un amor pasajero
. . . en el mar que abraza la débil canoa
. . . en el pájaro que besa la gota lujuriosa
. . . en la tierra que acuna cada brote
Y en tus ojos que apenas se posan en mí.


Sin embargo


Hay una esperanza  heroica
. . . en mis manos por atrapar la caricia
. . . en mis oídos por adivinar el susurro
. . . en mi piel por presentir las estrellas
Y en mi corazón por conquistarte a ti.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Visitas del cielo


Como soy un arcángel y no es común mi presencia, estoy en exposición bajo la mirada colectiva de niños y adultos; es decir, de personas que pasean, que van de compras, o a sus respectivas actividades y que transitan sobre es peatonal  con la intención de caminar la vida, de dirigir sus pasos hacia la realidad de un presente. Ese presente por el que debe  luchar cada ser humano con la intención de hacer de él un regalo perfecto que sólo uno puede obsequiarse porque es el momento valioso donde cada sujeto debe decidir ser feliz aunque ignore las razones. El presente debe aceptarse y experimentarse saboreando cada instante porque en él se halla la eternidad concentrada.
Para mí el presente es hoy, es mi día de inicio en esta función de arcángel, con la túnica blanca, mis tres pares de alas que me permiten cubrirme de la luminiscencia de Dios y con las estrellas chispeantes que regalo a quien me concede una sonrisa.
Este es mi momento feliz y aunque estoy desde el mediodía, resisto el sol implacable que provocan gemas húmedas, transparentes, dispuestas a sucumbir en la nada o en mi túnica o en mis alas.
Si te acercas, te ofrezco mi amor, mi bendición junto a la calma de mi espíritu. Y aunque estoy ahora solo aquí, somos varios los que visitamos este lugar elegido. Si avanzas podrás ver a la Virgen, a tu santo predilecto y hasta un hada con su varita  mágica que está lista para cumplir tu sueño.
Ven a vernos, te esperamos, las estatuas vivientes somos seres  muy especiales.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Fuego sagrado

Se eleva el fuego sagrado.
Quema, tortura, consume,
Libera, destila, elimina.
Sube por las venas, arterias,
Vísceras, músculos y nervios.
Enciende y desciende.
Arde y se apaga.
Agoniza y se aviva.
Tiembla y ebulle.
Crepita, purifica, produce cenizas,
Provoca dolor, pena, conciencia.
Permite surgir, renacer, vivir.
Pule y limpia, forma y crea.
Desintegra y luego engendra
En ti, nuevas vivencias.

martes, 1 de diciembre de 2009

Agua




Te veo descender de la montaña con un susurro de escarcha, tan ingenua y fresca, tan dócil y tan niña.
Corres por despeñaderos con la inocencia de un ciervo juguetón que no presiente el peligro.
Te escondes tras un risco, asomas en una quebrada, sorteas pedregales, flotas en una cascada, limpia, diáfana, espumosa, transparente y dulce.
Si en tu camino aparece un puente, disminuyes tus ondas en ramillete de cristales húmedos y avanzas presurosa con manojos de nutrientes listos para regalárselo al valle en suspiros chispeantes, en burbujas tiernas, en chorros ya oscuros de tanto arrastre.
Te sientes confiada, te sabes necesaria, querida, esperada y no temes al peligro, lo ignoras, lo evades. Tu entrega es silenciosa y basta. Te prodigas desde los ríos, arroyos, manantiales, lagunas, vertientes en un núcleo líquido que ofrece vida.
Generosa, entre tules de espuma te sumerges aturdida, avanzas cantarina o respiras en un caudal de vertiente que seduce transparencias.
¿Cuándo supimos valorarte? ¿Cuándo apreciamos tu virtud infinita?
Agua, copiosa de soles, serena reina de la naturaleza, hada peregrina, promesa de futuro, hoy debemos protegerte porque el enemigo acecha.
Agua,  que transpiras vida, es el momento de preservar tu esencia.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Frases para recordar


“La verdadera filosofía es reaprender a ver el mundo.”
                               (Marleau-Ponty)
“No se puede enseñar nada a un hombre; sólo se le puede ayudar a encontrar la respuesta dentro de sí mismo.”
                              (Galileo Galilei)
“Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?”
                              (Bertrand Russel)
“Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito”
                              (Proverbio chino)
“La suerte es una amante que debe ser conquistada; ella no se entrega a los indecisos.”

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Voces




Voces. . .
Sonidos  graves que delatan urgencias
Sonidos punzantes que transpiran dolor
Sonidos cálidos que rezuman vivencias

Voces. . .
Hilos endebles que conectan carencias
Hilos flamígeros que vislumbran enojos
Hilos reflexivos que acechan el perdón

Voces. . .
Susurros chispeantes que abrigan un cielo
Susurros espinosos que incuban infiernos
Susurros melodiosos que espantan soledades

Voces. . .
Del hombre, de la naturaleza, de la vida.
Escucha todas las voces y sobre todo,
Escucha tu voz interior.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Faro de esperanza




¿Cómo descubro mi rostro. . .
Si el espejo se ha trizado?
¿Cómo enhebro ilusiones. . .
Si el reloj de arena ha expirado?
Un faro enciende un mágico destello
La bruma  perturba y sólo se presiente
Camino a tientas sobre ásperos riscos
Avanzo, desciendo, asciendo y descanso.
Tal vez el resplandor aumente
Tal vez la luz se ahogue en la niebla
Tal vez el fulgor me ciegue.
Camino atenta sobre arena tibia
Avanzo, confío y descalza danzo.
Elevo los brazos, aferro esperanzas
Con hebras doradas mis sueños atrapo
La red me protege del temor primario.
El reloj de arena inicia su cuenta
El espejo de agua, mi rostro devuelve
Y el faro centellea con luces vibrantes.

martes, 17 de noviembre de 2009

Memorias de un broche brillante




Recuerdo que descansaba muy cómodo en mi escaparte cristalino mientras miraba un atardecer rojizo, dispuesto a incendiar el cielo, cuando las manos de Renzo, dueño de Cornery, la joyería más prestigiosa de Buenos Aire, me tomó y depositó en  un cofre de terciopelo verde, suave, mullido, elegante y muy distinguido. Al cerrarse me dormí en espera  de mi nuevo destino, pues sabía por algunas joyas que habían retornado de sus dueños a la joyería, que si te guardaban en un cofre no era para enterrarte como pasa con los humanos cuando mueren, sino para trasladarte adonde alguien se regocijará mostrándote a todo el mundo con orgullo. Es el destino de una pieza preciosa y yo me ufano de ser símbolo de belleza y poder, porque estoy confeccionado  en oro y plata con engarces en diamante y mi diseño es muy original.
¡Ay! si pudiera mirarme en el espejo creo que me enamoraría de mí! Pero ese deseo puede estar cerca. ¿Quién me lucirá? Ojalá que no sea una ricachona vieja y regordeta porque mi esplendor se opacará y pocos ojos querrán admirarme.
Realicé un viaje movido en un bolsillo amplio desde donde escuchaba los cascos de los caballos que tiraban el  carruaje. Esperé en la oscuridad de celda lujosa y hasta perfumada. Sentí que subíamos unos escalones y oí quejarse a los cerrojos de una gran puerta que le permitió el paso.
Cuando por fin pude ver la luz,  unas delicadas manos me acunaron y me acercaron a su rostro, joven, grácil, casi angelical. No podía creer mi extraordinaria suerte, mi dueña era Felicitas Guerrero.  ¡Quién no la conocía! Era la hija de don Carlos Guerrero  cuya historia se contaba en cada esquina del Buenos Aires  de 1860. La pobre niña debió casarse a los 16 años con Martín de Álzaga, treinta y cinco años mayor, por decisión de su insensato padre. Su esposo vivió diez años con ella, y aunque tuvieron dos hijos, ninguno vivió; y la ventaja es que ella quedó viuda a los 26 años y dueña de una deslumbrante  belleza y una cuantiosa fortuna.
Y parece que yo soy su amuleto de buena suerte porque se muestra muy agradecida con el joven que me compró como regalo. El joven es Samuel Saenz Valiente que, según dijo, esperaba que me luciera en la fiesta de compromiso que se realizaría esa misma noche.
¡Qué feliz estaba mi dueña! ¡Y qué maravilloso vestido color salmón con esa larga cola que se deslizaba por las escaleras con un susurro suave de sedas y encajes.
Como es de imaginar, en su pecho brillaba yo, radiante, liberando iridiscencia y distinción.
Aún era temprano para la fiesta y mientras paseábamos  por los jardines de la quinta La Noria, avisan a Felicitas que Enrique Ocampo la esperaba en la sala. Presentí que no le agradó el mensaje pues salté sobre su pecho empujado por la aceleración de sus latidos.
Y no era para menos, Ocampo era su antiguo amor que había vuelto hacía unos días de París trayéndole de regalo el vestido de novia que ella había rechazado. No obstante, Felicitas fue al encuentro de Ocampo y también, al encuentro de su destino. Ocampo ofuscado ofreció matarla y le dio a elegir entre el estoque y el revólver. Felicitas puso sus manos en el pecho, por lo tanto, no alcancé  a ver qué ocurrió pero escuché un estampido y vi brotar sangre de su hombro derecho; ella aún intentó escapar y al dar la vuelta se enreda  la cola de su vestido, cae de bruces, ahí siento que otro tiro se incrusta en su columna vertebral y luego, un último disparo.
Luego llegó familia, novio, invitados, médicos. Felicitas agonizó varias horas y falleció el 30 de enero de 1872.
Desde mi cofre al que volví después de la tragedia, escuché que también había muerto Enrique Ocampo aunque no sé si fue suicidio o forcejeo con  familiares que llegaron en auxilio.
Lo cierto es que, desde entonces descanso en esta vitrina junto a otros objetos usados por mi dueña, para que aquellos que visiten la Iglesia Santa Felicitas  conozcan un retazo más de su triste destino y tenga una pálida idea de mi aburrimiento, a pesar de ser una joya con historia.
(Relato basado en un hecho real)

sábado, 14 de noviembre de 2009

Soy




Estoy sola aquí, la música suena.                                
Estoy anciana allí, espero sin embargo.
El yo se escapa, no quiere condena,
Persiste adormilado en su letargo.

¿Hay luz o sombra? Penumbra serena.
El fruto cortado ¿fue miel o amargo?
Siempre la disyuntiva, cal o arena
Y no puedo evitar hacerme cargo.

Todo late, el corazón se estremece.
La sangre arde, ruge, bulle sonora.
El túnel libera un rayo que crece.

La sombra corre, otro gemido llora.
Soy un ser irrepetible que merece,
Al fin la esencia de mi Dios ahora.


jueves, 12 de noviembre de 2009

La pérdida




¿Piensas? ¿Recuerdas? ¿Te arrepientes? ¿Sufres?
Puede que percibas todas esas emociones, mas lo que es evidente es que lloras.
Tu mano huesuda sobre la frente aprieta ese calvario que quieres detener ahí, sin dejar ningún resquicio para que prolifere y se  acreciente el dolor que generan los recuerdos.
Cierras las ventanas de tus ojos a la luz, a la realidad; niegas el presente, te hastía, por eso, lágrimas de dolor se abaten en las mejillas como racimo de hojas húmedas y mudas.
El ceño fruncido, las mandíbulas contraídas y los labios semiabiertos intentan mantener la relación con la vida que aún  duele, que siempre dolió.
 La cabeza pesa como pesó en estos cuarenta años, por eso la inclinas y la sostienes protegiéndola de la insensatez de dejarla libre sobre sus hombros para que voltee hacia uno y otro lado y aún la busque.
Ella te dejó, ¿Cuándo? ¿Ayer? ¿Hace años? ¿Cuándo? No importa, duele igual.
Ella no tuvo piedad, te abandonó cuando aún eras niño y trasponías la puerta de la escuela; la extrañaste, clamaste su nombre y ni siquiera te respondió su sonrisa. En el baile de egresados del secundario, la invocaste y hasta creíste adivinar su presencia y ella, egoísta, implacable, escondió su figura entre sedas y gasas, entre nardos y jazmines y huyó de ti.
Ella desertó y quedaste solo y aburrido todos estos años de trabajo de oficina donde tus horas se consumieron ocres, densas, tiranas, y hoy que la sigues llamando, añorando, esperando, que luchas por ganar su complacencia, que peleas por recuperar su compañía, la de los primeros años, ella te acecha desde la luz, te observa y se retira. La buscas, la encuentras entre azucenas, magnolias y mariposas danzantes, y ella te esquiva; te acercas sigiloso y la presientes a tu lado en el atardecer ambarino, junto a los trinos sinuosos en la calma de la tarde, y ella, casi sugestiva te acaricia la nuca, te ofrece dulces burbujas de ternura y calidez, pone chispas en tus ojos, acelera tu pecho y desaparece como un relámpago que se esfuma en la creciente oscuridad nocturna.
Ella “la alegría”, no quiere quedarse a compartir el tránsito  de tu vida.

Nota: Imagen de óleo “Cabeza y mano” de Guayasamín

miércoles, 11 de noviembre de 2009



"Cuando Dios te obliga a soltar algo, Él no está castigándote, sino, simplemente está abriendo tus manos para recibir algo mejor"

domingo, 8 de noviembre de 2009

Diccionario literario



Alfombra: Nube de algodón para el pie descalzo.
Ángel: Visión del amor de Dios con alas.
Botella: Prisión estrecha que encarcela y modela los líquidos.
Campana: Melodía de ecos vibrantes.
Cesto: Cuna protectora de los deseos materiales.
Dinero: Genio metálico que promete el paraíso.
Ébano: Brillo nocturno que lustra el jardín.
Eco: Llamado insistente del corazón enamorado.
Estrella: Gemas que el cielo prende en su cabellera de azul terciopelo.
Fuego: Danza luminosa y chispeante de leños.
Fuente: Cascada de cristales  líquidos  y cantarinos.
Galera: Sombrero con levadura de elegante figura.
Guantes: Guardianes celosos que aíslan la caricia.
Helado: Golosina cremosa enamorada del calor que se derrite con su abrazo.
Hotel: Refugio transitorio de trocitos de vidas.
Idioma: Puente que une o aísla a los seres humanos.
Jarrón: Ilusión transitoria  de  aroma y color.
Jilguero: Manojo de trinos que el aire atesora.
Kimono: Vestido sedoso con luz del oriente.
Limón: Flash de acritud ambarina.
Luz: Magia dorada que revela las formas.
Llaga: Boca angustiosa que emite su lamento.
Lluvia: Manto húmedo bordado en cristales.
Mano: Cuenco amoroso de caricias lleno.
Metal: Sentimiento rígido que la roca libera.
Nido: Tierno refugio del eterno amor.
Ñandú: Triste soñador de vuelos majestuosos.
Olla: Ombligo de los sabores y aromas preferidos.
Pan: Bálsamo de amor que el hambre mitiga.
Pared: Límite pétreo entre la libertas y los sueños.
Pétalo: Luciérnaga tenue que vuela al azahar.
Queso: Alimento sabroso con mala prensa (“sos un queso”)
Pincel: Ave juguetona con poderes divinos.
Raíz: Asilo del ayer y protectora del mañana.
Sol: Alquimia de amor iridiscente sobre la tierra.
Taza: gorra sin visera y con una oreja.
Uva: Derroche de crujiente dulzor.
Vaso: Ofrenda líquida y refrescante.
Ying-yang: Una danza circular de opuestos.
Zafiro: Relámpago azul de brillantes destellos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Imágenes de primavera







Hoy comparto imágenes
de una primavera intensa.
Colores vibrantes,
deleite de soles,
que inundan de vida, 
que espuman amores.

martes, 3 de noviembre de 2009

Mi estrella




Era una de esas noches celestes, con un trocito de luna y un mar de estrellas. Una de ellas, descuidada o exploradora, se desprendió y viajó hacia mí, chispeante y graciosa. Le pregunté: -¿Eres mi estrella, esa que llaman destino? Y si no eres ¿qué debo hacer para encontrarte?
Y con la voz cascada de una luminosa anciana sabia, me respondió:
- “Ya me has encontrado y aún no me reconoces. Cada sonrisa que la niñez te ha regalado, cada ansiedad que la juventud te trajo, cada logro que alcanzaste en la adultez, son  los surcos de mi rostro, son las arterias de mi cuerpo, son los latidos de mi corazón.
Amiga, somos una sola luz, no me busques, no estoy afuera, sino en tu ser y todo lo que te sucede es parte de la senda trazada por mí.
Dirás que a veces me comporto con demasiada severidad llevándote por caminos escarpados, pedregosos, con demasiados obstáculos a vencer,  y sin embargo cuando alcanzas la cumbre, te sientes fortalecida, con mayores defensas y nuevas herramientas para emplear en el futuro. ¿Te has preguntado por qué? Porque era eso, precisamente, lo que necesitabas aprender.
Y también está el tiempo del gozo, del disfrute que tal vez me agradeces; sin embargo lo más importante es el tiempo de la calma.
Mi meta es prepararte para que aprendas a sentirte en armonía, caminando entre espinas, riscos o pasto tierno y flores perfumadas.
Si aún dudas de haberme encontrado, búscame en tu paz interior.”

sábado, 31 de octubre de 2009

Milagro del tiempo

Inestabilidad, privilegio de la crisis.
¿Tiempo de cambio?
Tiempo que transcurre lento
Tiempo que ahoga
Tiempo que estabiliza emociones
Tiempo que  calma
Tiempo que libera situaciones
Tiempo sin culpas
Tiempo: sabio doctor de males
Tiempo de paciencia, aceptación y espera
Tempestad y luego calma
Y el milagro surge
Las alas crecen  y...
Los sueños... Los sueños
Regresan…

viernes, 30 de octubre de 2009

Sería


Sería tan fácil
Quebrar los espejos
Trocar las imágenes
Cambiar el futuro.
Sería tan triste
Subirse al silencio
Robarse los miedos
Caer de los muros.
Sería tan bello
Treparse a las nubes
Amar lo infinito
Dorar mis cabellos.
Sería tan bueno
Sembrar  la abundancia
Cosechar virtudes
Creer en el cielo.

sábado, 24 de octubre de 2009

Te abrazo, me abrazo


Silvia camina por el sendero hacia la puerta de su casa. El sol acaricia su espalda con la fuerza de un amante  posesivo y sensual.
Al intentar entrar, Silvia ve que ella se yergue delante y le habla:
-         Espera ¿me reconoces?
Silvia sin poder articular palabra, asiente.
-         ¿Alguna vez me dirigiste la palabra?
-         No
-         ¿Te fijaste en mí?
-         A veces
-         ¿Sabes que sin ti no existo?
Silvia deja caer los brazos impotente.
Ella erguida contra el portal, la increpa:
-         ¿Por qué finges ignorarme si te persigo por todos lados? Discreta y diligente  sigo tus pasos, conozco tus más íntimos secretos y como una broma del destino, me agobio si sientes pesadumbre, giro y danzo cuando estás de buen ánimo y hasta me enojo y gesticulo enojada cuando te invaden las contradicciones.
En Silvia mora el asombro. Sus ojos amenazan con abandonar las órbitas y las pestañas aún más arqueadas por el esfuerzo, se niegan a parpadear.
Ella continúa:
-         ¿Recuerdas cuando decidiste escalar el Aconcagua? El sol de frente, la cumbre inalcanzable, gotas gordas y  saladas surcaban tus sienes, tú con sabor a fracaso y yo, con amor, a ras de las rocas, allí, acompañando el proceso.
-         ¿Y cuando cruzabas la Avenida del Imperio, en Roma, casi sin mirar? era  un mediodía muy luminoso, yo caminaba a tu lado y saltamos juntas hacia atrás, cuando un autobús por poco nos arrolla.
-         Puedo  decirte más a favor de mi amor por  ti, pues cuando Omar, esa pareja que aún roba tu sueño, se fue sin despedirse, yo encogida a tus pies sollozaba tu pena. Hemos pasado por mil aventuras, por infinitas emociones y sin embargo en ti sobra el desvalor.  Mi estrella es muy pálida y triste, no mereces mi devoción. He decidido dejarte, vagar sola por pueblos o ciudades pidiendo amparo o mendigando compañía. Me voy.
Silvia al fin puede parpadear y como si retornara de un extraño sortilegio, apenas grita:
-         No, no puedes irte, si tú lo haces, yo me desintegraría en el aire, ya no existiría, Es mas, dejaría de ser yo.
Y diciendo esto, Silvia alarga sus manos para tomar las de ella que a su vez extiende las suyas. Silvia, con un ramo cristalino de gemas húmedas en cada pupila, se acerca aún más y abraza su sombra (que es como abrazar su integridad) mientras el sol sigue lujurioso, acariciando su espalda. 

martes, 20 de octubre de 2009

Cambio


Encuentra un espacio para lo imposible
Cuando la ausencia sea un vértigo sin retorno
Cuando pierdas la llave del presente
Cuando el amor se deslice por un hueco profundo
Cuando el viento disperse tus placeres más íntimos
Cuando te secuestren el brillo de los ojos
Cuando te atrape la angustia y la impotencia
Encuentra un espacio para que descienda el cielo
Improvisa un ritual sagrado
Cruza el umbral de lo invisible
Separa la oscuridad de la luz
Descubre una gema que hiera tu vista
Tómala y libera tus sombras funestas
Y recupera tu preciada alegría.

jueves, 15 de octubre de 2009

Aurora

Dama elegante de rubios cabellos
Página en blanco de cada día
Caminas las horas, deshojas la vida
Y ofreces tus dones a quien los reciba.

Intuición temprana de la luz divina

Ramillete lila que trinos respiras
Trepas los cerros y avanzas con prisa
Tropiezas en riscos, resbalas en hielos,
Tus sandalias besan las aguas de un río
Atrapas experiencias, precipitas fracasos,
Proteges ilusiones, anudas  los sueños.

Dama elegante de frágiles velos
Cierra esta herida abierta que respira
Ofrece una cascada de luz de vida
Y despierta ilusiones en el alma dormida.

sábado, 10 de octubre de 2009

Revelación




¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.
Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio.

Mientras recorría la vieja casona familiar, los recuerdos hacían cola para invadir el centro de mi mente.
Muchos años viviendo en el exterior. Cuando me fui, todos residían aquí: Alfonso, mi padre; Aurelia, mi madre y mi hermano Jaime.
 Hoy, después de muchas noticias de enfermedades y muertes, vuelvo a  recorrer cada uno de los rincones con los pasos de la niñez y de la adolescencia, tan clara y simple, tan completa en afectos, tan protectora.
Hoy tengo que decidir la venta de esta casa para volver a mi presente en New Jersey y siento que estoy podando  mis raíces y me contraigo como un pobre bonsái.
Los muebles de algarrobo de la cocina despiden aromas a canela y vainilla; y los sillones tienen las arrugas de las siluetas humanas de mis seres queridos.
Hoy, me parece verlos aquí, compartiendo las vivencias del día entre mates y tostadas con manteca y miel. Aunque Jaime, siempre tan retraído, sólo emitiría algunos gestos.
Las habitaciones están idénticas a la imagen de mis ensoñaciones. El cubrecama azul con rosas pálidas, el espejo de marco labrado y la mesita de luz que atrae mi atención dejando escapar una cadena de plata.
Abro el cajón tras vencer la resistencia de la madera húmeda por el encierro y tras vencer mi resistencia a internarme entre añejos retazos de lejanos recuerdos.
La vieja cadena pertenece a un antiguo reloj de nuestro abuelo Roque que fue legado a mi hermano. Enredada en sus eslabones hay una estampita de San Antonio aún en condiciones de recibir pedidos. Se apiñan en el fondo del cajón, un espejo redondo de mango negro, un alhajero vacío que encierra el secreto de algún momento mágico; los clásicos anteojos para leer asoman de su estuche con un solo vidrio sano, la factura del hotel Rivis, Bariloche, se despereza para comentar que allí alguien durmió tres noches.
La mágica danza del pasado menea sus velos y descubre recortes de una vida tranquila con las mismas dificultades comunes como muestran este blister de Melatonina o el tubo de crema antialérgica, o el frasquito vacío de Hepatalgina. También el correr del tiempo se deja ver en el breve almanaque de 1995 donde el 7 de setiembre está destacado con un marcador. Qué casualidad, hoy también es 7 de setiembre!
Y el espíritu religioso emerge de la pequeña Biblia de tapas azules marcado en el Salmo 91 que inicia diciendo: “El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente.”
Y sigo escarbando para reunir los flashes del pasado que fortalecen, ya tarde, estas débiles raíces familiares; y extraigo monedas y billetes sin valor corriente, botones caídos de alguna prenda, un cepillo de dientes con sus cerdas endurecidas y un carnet de conducir, seguramente, el último carnet  de mi hermano que está unido a un sobre cerrado y sin nombre.
Una extraña impaciencia me domina. Lo abro y lo primero que aparece es una partida de nacimiento de Jaime, sí, es su fecha de nacimiento pero su apellido no es el mío y sus padres no… ¡Jaime era adoptado!  y la fecha de esa copia dice 7 de setiembre, es decir que su accidente y su muerte, una semana después tienen su origen en esta revelación.
Hermano querido, ¡cuánto me habrás necesitado! Ahora entiendo por qué el destino me trajo precisamente hoy  a saldar esa vieja deuda de amor y a conocer esta dura verdad. 

martes, 6 de octubre de 2009

A María Eugenia




Joven niña de grácil estampa
Tu alma  genuina exhala ternura
Ya llega  el día de tu cumpleaños
Y  acicalas radiante tu linda figura.

Ángel dulce de ojos hermosos
Hoy la vida sabe a dulzura
Estás ansiosa de crecer rápido
Y tu paso lento, hoy se apresura.

Psicóloga innata de suaves cabellos
Tus amigos te aceptan sin censura
Para ellos eres el fiel lazarillo
Que toma su mano en la noche oscura.

Fotógrafa sutil que atrapas la vida
Que sueñas auroras de una luz muy pura
Los días dorados en tu futuro brillan
Y un ángel en tu oído, bendiciones murmura.

lunes, 5 de octubre de 2009

Sueño esfumado




Escalé la roca pulida y ociosa
   Trepé esa canción melodiosa que no fue

Reuní el silencio en mis trémulas manos
   Dibujé el camino alfombrado que no fue

Despeiné los pétalos de una brisa tierna
   Contemplé la luz de una vida plena que no fue

Acaricié la sombra del rostro amado
   Deshojé el cielo en un alma que no fue

Bailé sobre un sueño dorado
   Cerré las ventanas a lo que no fue

Y lloré sin llanto y reí sin risa
   Porque nada fue.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Nieve en primavera




Hay alboroto en mi jardín.

Plantas y flores discuten y afirman que se han equivocado de estación. No pueden creer que hayan recibido hoy, este bautismo blanco.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Encuentro


Cuando mis manos arañen el hueco de tu ausencia

Cuando mi voz descalza lastime sus plantas en pos del eco

Cuando mis ojos descamen la luz para inventar tu rasgos

Cuando mi buscarte te encuentre. . .

Tus caricias enlazarán mis manos heridas

Tus palabras tropezarán con mi jadeante silencio

Tu risa saboreará la sal de mi llanto

Y tu piel. . . y mi piel. . .

Tu piel fuego. Mi piel fuente. . .

Cantarán rocíos de alabanzas,

Chispearán delirios de conciencia

Y reunirán ayeres y mañanas. . .

En ese hoy

Principio y fin de mi existencia.