miércoles, 26 de octubre de 2011

Cierro mis ojos

La brisa de un nuevo tiempo se fuga en palabras.



Cierro mis ojos por un momento.

¿Estoy soñando o estoy despierto?
Sospecho susurros en manos del viento.

Cierro mis ojos, visiones invento.
Invoco colores, sabores convierto.
Heridas abiertas. No cierran advierto.

Cierro mis ojos, mis ancestros presiento.
Me aferro a su esencia, recibo el aliento.
Mis raíces prosperan con nuevo sustento.

viernes, 21 de octubre de 2011

Tiempo

La brisa abre otra vez las ventanas para que se filtre la luz.



A veces el tiempo se pega en la piel del reloj y atenaza las agujas con una membrana gelatinosa. Y los minutos son horas… y las horas días… y los días…
Sin embargo, otras veces es tan fugaz como las estrellas fugaces,  y tan frágil como las escamas brillantes de esas mismas estrellas.
El tiempo. Mi tiempo es cómplice  extraño de mis emociones y tan pronto se sujeta a mis lágrimas como huye con mis sonrisas. Mas, cuando necesito de su medicina, cada día me entrega una dosis de calma y cinco medidas de aceptación.
El tiempo. Mi tiempo es el médico perfecto: lento, tenaz pero irreversible.
Me arrojo en la dualidad de mi tiempo y conspiro para retenerlo en la luz.