A veces el tiempo se pega en la piel
del reloj y atenaza las agujas con una membrana gelatinosa. Y los minutos son
horas… y las horas días… y los días…
Sin embargo, otras veces es tan
fugaz como las estrellas fugaces, y tan
frágil como las escamas brillantes de esas mismas estrellas.
El tiempo. Mi tiempo es
cómplice extraño de mis emociones y tan
pronto se sujeta a mis lágrimas como huye con mis sonrisas. Mas, cuando
necesito de su medicina, cada día me entrega una dosis de calma y cinco medidas
de aceptación.
El tiempo. Mi tiempo es el médico
perfecto: lento, tenaz pero irreversible.
Me arrojo en la dualidad de mi
tiempo y conspiro para retenerlo en la luz.
5 comentarios:
Eso es lo bueno, Gloria, darle valor al tiempo. Sin prisa y sin pausa.
Me encantó el escrito!
Te mando un besote.
STEKI.
"A veces el tiempo se pega a la piel del reloj" Me gusta.
Amiguina, te envío un fuerte abrazo.
El tiempo...Algo tan sencillo y tan complejo a la hora de definirlo. Me gustq el tuyo, que se pega a la piel del reloj.
Petons!
Muy bonito tu texto! Que el tiempo siga dándote calma, aceptación y, sobre todo, luz. Abrazo.
Steki, gracias por tu apreciación. Un abrazo.
Celia, el tiempo se escapa mas, nos entrega una gran riqueza.
Un abrazo.
Pilar, mi tiempo te incluye en la amistad.
Un abrazo.
Ana, tus deseos se impregnan en el tiempo y me revitalizan. gracias. Un abrazo.
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