Flor Celestina abierta en mi jardín |
Lego a mis
descendientes cuanto tengo:
El retraimiento, la
inseguridad, los sueños.
Muchos libros, algunos
no leídos,
Otros aún no devueltos
a sus dueños.
Dejo en mi cuenta la
soledad, el té de hierbas,
Cierta poesía, un
cuento, la desazón,
Muchas angustias,
varios sahumerios,
Alguna melodía, un
mantra y hasta un camisón.
Agrego los días
vacíos, la incertidumbre del mañana,
El mazo de
ángeles, fotos de orbes y hasta de un duende,
Las ilusiones vanas, el dulce de damascos, las plantas
Y las predicciones
mayas por si alguien entiende.
Mi vasta herencia
carece de riquezas materiales.
Acumula vivencias y
por tanto aprendizaje.
Mis legatarios no
quedarán muy contentos
Pues mis escasos
bienes no acrecientan el equipaje.
6 comentarios:
Gloria, tus legatarios se lo tiene que ganar a pulso...es una de las maneras primordiales de apreciar lo que se tiene...y de no malgastar sin mas...
Oye, no sabía que esa flor de la foto se llamaba Celestina..yo también la tengo en mi jardín...y es muy dura.
Un abrazo y feliz año.
Precioso. Me gustaría ser heredera de tanta riqueza.
Todo lo aprendido, toda la evolución, todos los sueños y las derrotas, al formar parte de nuestra vida, es lo más preciado que podemos dejar a nadie.
Un abrazo, querida amiga.
Dejas algo tan bonito Gloria. Dejas construcción, belleza, humanidad hecha palabra. Que Dios te bendiga, de seguro ya lo hace, por ello.
Ave, Lo principal es que cada uno haga su camino, ¿verdad? Con respecto a la flor, me alegra haber contribuido con el nombre. A mí me encanta.
Un abrazo cariñoso.
Celia, estás sutilizando tu imagen, ahora tan sólo es una pluma. Gracias por tu comentario y un fuerte abrazo.
Omar, acabo de pasar por tu página:
http://www.omarluna.com.ar/ y descubro que ahí está la humanidad hecha palabra. Gracias por tu comentario y un fuerte abrazo.
Tu herencia es muy rica, precisamente porque no es material. También tu vida es rica... porque sigues aprendiendo, amando la Naturaleza, respetando a todos los seres. Admiro tu permanente aprendizaje que te lleva a la paz. Abrazo.
¡Cuánta nostalgia, pero cuánta sabiduría! ¡Cuánta humanidad (tuya, tan tuya) fluye en la cadencia de estos versos!
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