viernes, 26 de febrero de 2010

Vive sin culpas


glitter-graphics.com


Si pisas mis esperanzas
No te sientas responsable
No son tuyas.
Si tropiezas con mis sueños
No te asustes
No tienes que subirte a ellos.
Si te rozan mis ilusiones
No tengas miedo
Nada te obliga a participar.
Prepara tus pinceles
Pinta en tu lienzo tus propias esperanzas,
Crea tus múltiples sueños,
Transita tus ilusiones
Y si encuentras que alguna de ellas
Coincide con las mías:
Alégrate, juntos las podemos concretar. 

domingo, 21 de febrero de 2010

Reflexión interior

Si estuviera  sola en una isla, me gustaría . . .

. . .  abarcar con mis ojos el espacio que me rodea; abrazar la inmensidad de un cielo traslúcido; bañarme en el agua tibia y clara y aprender a quitarme de encima todo lo efímero que acompaña al ser humano.
En ese instante me preguntaría ¿qué necesito realmente para vivir? Y empezaría a quitarme las capas que como  una cebolla envuelven mi ser. ¡Cuántas angustias por lo que no alcanzo, por lo que añoro, por lo que perdí, por los fracasos, por las carencias, por los sueños no cumplidos, por las expectativas propias no alcanzadas, por el éxito relegado. Cuántas tristezas por los cielos no conocidos, por los soles no gozados, por las compañías no encontradas;  cuánta desazón por los pasos no dados, por los caminos transitados con huellas equivocadas; cuánta soberbia por ser más alto o mejor que alguien, cuánto ego enarbolado esperando que  me quieran o que me tengan en cuenta; cuánta vanagloria por ser más joven, más experimentado o más avezado en algo.
Cuando alguien sube una escalera, cada peldaño provoca un desgaste de energía pero puede ver más lejos y más alto; la mirada es más global y por lo tanto está obligado a entender todo lo que se mira, a detectar las dificultades y ayudar a sanar aquello que se ve complicado.
La soledad de una isla me serviría para mirar las propias miserias y comprender al humano más allá de las carencias, más allá de sus limitaciones.
La soledad de una isla me ayudaría a liberarme de miedos. Un hijo de Dios  está siempre protegido para desechar todo lo superfluo; sólo se  necesitaría una túnica y unas sandalias; una caña de pescar y el corazón abierto para disfrutar de la magia natural, de la grandeza infinita,  para comprender que el sol cumple su ritual cada mañana sin quejarse, que el mar fluye y refluye sin protestar ni aburrirse, que la isla resiste el embate continuo de las olas y se mantiene a flote. Esto es una fehaciente prueba de la perseverancia. Nadie reclama ni reniega de su destino, cada uno lo cumple aceptando su condición y mandato.
Después de todo, la isla no es imprescindible mas la reflexión que en ella haría, es necesaria.

jueves, 18 de febrero de 2010

Arco Iris


La brisa que hoy sopla, tiene onda mística.


Si haces de…

   Cada sonrisa una luz nueva
Que destelle en el alma del que la recibe.

   Cada mirada  un mensaje cálido
Que entibie la piel con burbujas de amor.

   Cada caricia un aletear de mariposa
Que acune a ese niño interior desamparado...

Cada camino será una promesa.

Cada promesa será un amanecer.

Cada amanecer será un arco iris.

Cada arco iris será un regalo de Dios.

viernes, 12 de febrero de 2010

El viento

Ese aliento, a veces freso, a veces cálido que juega a la mancha con hojas y ramas, que alborota a los pájaros…
Ese sueño de la brisa que es preludio de la lluvia,  escultor del desierto y la montaña y además, remolcador de nubes…
Ese viajero incansable y casi siempre colérico que embiste al silencio, azota la quietud, y con su fuerza imprudente empuja la vida…
Sí, el viento, es susurro compinche, llegó hasta mi ventana, embolsó las cortinas, me golpeó la cara y con voz un tanto ronca, un tanto sibilante, me habló:

_ ¿Te acuerdas de ese ayer? Paseos juveniles… caballos y jinetes…pradera verde… carrera al galope… cabellos que flotan… mejillas alborotadas…tú…él… cansancio… corazones agitados…sombra imprudente…tú…él…caballos pastando… manos entrelazadas… corazones desbocados… besos apasionados… ramas alborotadas…coro de jilgueros… tú…él… mi complicidad hecha brisa… aroma de magnolias…canción burbujeante del río… caballos abrevando… manos ansiosas… ensueños del  paraíso… voluntad  enajenada… corazones hipnotizados… abandono… desenfreno… agitación y locura…caballos impacientes… atardecer y pájaros, mi complicidad hecha arrullo…y ... después, mucho después… ausencia y sólo yo desafiando el silencio, jugando en tu ventana, llorando en tu jardín de otoño, aullando en tus noches negras, sólo yo hoy… mañana…y siempre?

Y tras apuñalar con su látigo la quietud del recuerdo, el mismo viento abofeteó mi rostro devolviéndome al hoy para que escuhe el llanto de mi hijo, desde la otra habitación.

sábado, 6 de febrero de 2010

Enséñame

Enséñame la fórmula del consuelo
Revélame la alquimia de la confianza
Instrúyeme en la poción del olvido
Señálame la estrategia de la distancia.

Enredo esencias, combino elementos,
Disuelvo ternuras, devano emociones,
Desato recuerdos, desmadejo amores.

Amargos brebajes fusiono en intentos
Sustancias complejas derramo o digiero.

Cédeme la receta para ahogar la pena
Iníciame en la mixtura de los sueños
Ilústrame en  la pócima de las sonrisas
Y regálame el elixir de la vida plena.

martes, 2 de febrero de 2010

Supervivencia



El presagio de una niebla densa y  burbujeante apagó una de mis agónicas sonrisas y me oscureció el pensamiento. En ella, las sombras se elastizaban onduladas como espectros que me llevaron a presentir un peligro inminente.
   Temeroso miré a mi alrededor y fui consciente de que caminaba entre la amenaza brumosa hacia un palacio victoriano de torres poderosas que aparecían y se desdibujaban en el vaivén de las olas lechosas. Avanzaba por inercia  en medio de la nada, en una ausencia de sonidos, de objetos, de rostros, con el estómago contraído esperando salir de ese laberinto pegajoso cuando un roce sobre mi pierna derecha me obligó a saltar y esquivar algo que al recobrar la calma descubrí que era un perro flaco y desvalido buscando protección.
   Animado por la inesperada compañía armé mis escasas defensas de supervivencia y avancé lentamente pensando en esas torres fantasmales como posible refugio. Sentía frío, la humedad aplastaba mi pelo, mis ropas y hasta al mismo miedo contra la piel erizada.
   Seguí  avanzando como una sombra oculta entre vapores insolentes y viscosos, perseguido por una inquietud extraña, desconectado del tiempo, con el instinto  de supervivencia  muy alerta.
  Cómo llegué aquí y por qué  eran incógnitas que hoy descubro y  no me planteaba en ese momento.  Sin embargo, no podía dejar de pensar en el fascinante ámbar de la rosa y ese jugo...
    Y así  seguí como sonámbulo hasta que tropecé con un borde o algo así y trastabillé, más por  la debilidad de las piernas que por el obstáculo y caí.
   A mi lado escuché que  ¿Se siente bien? ¡Una voz indeciblemente hermosa! Al menos eso me pareció presa de mi delirio. ¡Sií! respondí ¿Y usted? No se preocupe comentó Estoy acostumbrada.
   Parecía exhalar un polvo dorado en torno a su figura. O era efecto de mi alegría ante la compañía con voz de ángel.
No sé de dónde vino esta niebla expliqué; estaba yo en el parquecito admirando una rosa amarilla cuando. . . sus pétalos. . . no sé. . . expulsaron un líquido. . . que. . .  parecía sangre. Si pudiera Ud. ver mis manos, ellas lo atestiguan enfaticé tratando de parecer creíble  ante lo irreal del hecho.
   No podemos seguir aquí me dijo y aferrándome la muñeca con fuerza, me ayudó a incorporarme y la seguí entre las sombras cada vez más densas que no le impedían caminar presurosa y decidida, sin duda a un destino seguro. Cuando recobré el aliento me vi rodeado de paredes grises, desnudas. “El palacio”. . .  pensé, “y sin embargo no recuerdo haber visto  antes esta edificación en mis caminatas por los alrededores”
   Por fin en el centro del salón apareció una alfombra persa. Allí mi guía ofreció: te traeré una taza de té para que te recuperes. Agradecido seguí con interés los movimientos de su joven y grácil figura envuelta en una sedosa túnica ambarina.
  ¿Podrías ayudarme a entender?. . .  estoy tan confundido, la rosa ámbar. . . la niebla intempestiva, este palacio. . .
   No te esfuerces, no entenderías. Es el efecto de la sangre. Seguramente alguna espina te hirió y ambas se mezclaron.
  ¿Cóoomo?
   Esta es mi morada, no temas, estás a salvo, soy la esencia de la rosa, su mónada. Continúa bebiendo esta infusión. Luego te sentirás mejor. La rosa que viste tiene el poder de alterar el estado normal de quienes se acercan, y especialmente de aquéllos que  hiere con sus espinas.  Mis ojos se desorbitaban, no podía encontrar una comprensión lógica a lo que escuchaba y la joven al darse cuenta dijo: Ya sé, no puedes dar crédito a mi explicación, sin embargo deberías aceptar que hay otras realidades, otras dimensiones...
En ese momento no sabía si estaba mejor entre la bruma o entre esas paredes rústicas. No quería preguntar más, ni saber, ni pensar, ni imaginar...  En ese instante algo insólito atrajo mi atención: ¡SUS MANOS! ¡No son manos, ni más ni menos, son…¡PÉTALOS! Pétalos perfectos, perversos, peligrosos! Por eso no asió mi mano al incorporarme de mi caída.
Me sentía tan confundido. No sabía si estaba viviendo una pesadilla o si sufría los efectos de algún alucinógeno. En ese torbellino interno me debatía cuando al tomar un sorbo de aquel brebaje, ella se ahogó. Tosía y tosía buscando alivio para su asfixia.
Rápidamente hice una evaluación de mis posibilidades de escapar. Me levanté y retrocedí mientras ella, la joven y grácil figura, se contorsionaba y gesticulaba en demanda de auxilio.
¡Ahora o nunca! Decidí y corrí seguido por mi pobre y asustado compañero. ¿bruma? No sé. ¿Puertas? No sé. ¿Rosas? No sé. ¿Sangre? No sé. Sólo sé que paré cuando sentí la tibieza del sol en mi cara.

- . . . Y aquí estoy como al principio de mi paseo: el parque, los árboles, las farolas, estos bancos rústicos donde Ud. y yo estamos sentados disfrutando del último retazo de la tarde. Lo único que puedo ofrecerle como prueba de este relato es  este perro que descansa a mis pies, prueba poco creíble pues no habla y…¡¡¡Caramba!!! ¡Sus manos… parecen… PÉTALOS???. ¡¡¡¡¡Corramos, que la pesadilla aún no termina!!!!!