lunes, 8 de noviembre de 2010

Tradición

Hoy, esta brisa  se une a los festejos del Día de la Tradición.

Hoy doy paso a mi prosa para subirme al carro de la tradición.
Hoy hay fiesta en mi pueblo y las actividades gauchescas se asocian a los festejos: los jinetes en la doma desatan el grito festivo; un rumor de tonadas, cuecas y gatos enlazan  giros y vivas y se alborotan  las ropas paisanas al compás de la danza que provoca emoción.
 En los ranchos arde el fuego y en el pinche de acero, el asado de res o el chivo agitan sabios aromas que humedecen los labios en espera de una porción.
 Cada tanto la copa en alto en el brindis del "obligo" y una musa coplera suma odas a las virtudes del vino, mientras los perros se deslizan entre los paisanos o los niños que juegan, que atropellan, que se ríen, que se burlan del borracho  que la bebida tiene por credo.
Los puestos persas rodean la plaza e imitando a las hormigas, la gente conforma senderos concéntricos y constantes con su ir y venir, mirar sin comprar, observar sin ver, tan sólo caminar, encontrar rostros amigos, saludarse por encima del sordo ruido de una  muchedumbre incierta, cambiarse noticias superficiales y buscar una excusa para acompañarse a comer .
Hoy la tradición hace nido en mi pueblo y se apiñan las familias en busca de cura para cubrir el vacío de amor, de soledad de espíritu, de insatisfacción interior, para  olvidarse de que el futuro ha cerrado por vacaciones y así evitar sentir temor.
Hoy hay fiesta en mi pueblo, un pueblo lejos del mar pero cerca de las rocas, un pueblo con cardos en las huellas, con surcos bordados por verdes plantíos; un pueblo sin armas, sin remos  mas donde hay muchos aperos. Un pueblo de clima seco, pesado y árido, donde el alma queda presa en el marco del recuerdo, de costumbres ancestrales que las raíces tejieron. Un pueblo chico y sin muros donde el aire es puro y  el sol dora la llanura. Un pueblo parco en palabras pero supremo en dulzura.
El caso es que mi prosa adormece mi pecado, pues al asado de res, sin pudor lo he reemplazado con un  puré  de camote y una ración de pescado.

9 comentarios:

Celia Álvarez Fresno dijo...

Te felicito por tu escrito, lleno de imágenes, y porque podrás disfrutar de este día festivo.
Un abrazo y que sigas con tu mirada puesta en la Vida.
Un abrazo

Ana María dijo...

¡Buen homenaje a nuestra patria chica! Abundante en descripciones y acciones, en imágenes y sentimientos. Seguramente: San Carlos y José Hernández, agradecidos. Abrazo.

EL AVE PEREGRINA dijo...

Gloria, te estoy leyendo y al mismo tiempo figurándome entre la multitud...las fiestas son gratas, ya solo por encontrarte con la gente y poder disfrutar en armonía, ver juguetear a los niños...y recordar...
Bueno y no vamos a dejar el suculento y apetitoso...manjar.

Felices fiestas.

Un abrazo.

OMAR dijo...

ja ja.muy posmoderna tu escritura.las tradiciones en lo visual y la certeza de tu presente en los sabores y con humor. me regustó. sí hasta escuché tu risa al final.

Primavera dijo...

Las tradiciones de un pais muy bien narradas por ti, asi aprendemos de otras formas de tradicion o en muchos casos parecidas.
Feliz fin de semana
Primavera

Gloria dijo...

Celia, gracias por alentar mi viaje por esta vida.
Un afectuoso abrazo.

Ana, gracias y seguiremos compartiendo vivencias.
Un cariñoso abrazo.

Ave, me alegra sentir que he contribuido a integrarte a mi fiesta. Cariños y gracias.

Omar, tu comentario es un verdadero elogio, sobre todo por la admiración que te tengo.
Un abrazo.

Primavera, si el escrito te permitió conocer algo de nuestra tradición, ya estoy conforme.
Un abrazo.

Ricardo Miñana dijo...

Te queda muy bello el texto.
un placer pasar a leerte.
que tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.

azul dijo...

Buenos días amiga

A traves de tu relato pude vivir esa hermosa fiesta sin estar alli.

Gracias por ello.

Un abrazo

Rolando dijo...

¡terrible pecado perderse el chivito a las llamas y los pasteles sancarlinos...!