domingo, 8 de diciembre de 2013

Puente

Una brisa indecisa se va y vuelve sin decidirse a soplar.

Puente, bella palabra que encierra la calidez del vínculo, el aroma del encuentro y desafío del descubrimiento si nos animamos a cruzarlo.
Quizás el primer puente fue un árbol atravesado sobre un río o sobre un accidente montañoso, allá, en los inicios de la historia del hombre.
¿O fue la luz que usó Dios para conectar el cielo con la tierra?
El diccionario define a puente como construcción de… no importa de qué, lo maravilloso es la posibilidad que nos da, de avanzar hacia algún lugar vedado por un accidente geográfico o por otros impedimentos.
Por eso, los puentes pueden ser de piedra, madera, cemento, hierro o pueden ser simplemente pasos, gestos, palabras, miradas.

Cada uno de nosotros podemos ser el puente entre el amor de Dios y el niño desamparado. Cada uno de nosotros puede levantar puentes hacia un mundo más justo. Los humanos cumplimos funciones de puente porque tenemos la capacidad de amar, de unir y de caminar en la esencia del espíritu, que es ese, el puente mayor que nos eleva hasta Dios.