viernes, 21 de octubre de 2011

Tiempo

La brisa abre otra vez las ventanas para que se filtre la luz.



A veces el tiempo se pega en la piel del reloj y atenaza las agujas con una membrana gelatinosa. Y los minutos son horas… y las horas días… y los días…
Sin embargo, otras veces es tan fugaz como las estrellas fugaces,  y tan frágil como las escamas brillantes de esas mismas estrellas.
El tiempo. Mi tiempo es cómplice  extraño de mis emociones y tan pronto se sujeta a mis lágrimas como huye con mis sonrisas. Mas, cuando necesito de su medicina, cada día me entrega una dosis de calma y cinco medidas de aceptación.
El tiempo. Mi tiempo es el médico perfecto: lento, tenaz pero irreversible.
Me arrojo en la dualidad de mi tiempo y conspiro para retenerlo en la luz.

5 comentarios:

Steki dijo...

Eso es lo bueno, Gloria, darle valor al tiempo. Sin prisa y sin pausa.
Me encantó el escrito!
Te mando un besote.
STEKI.

Celia Álvarez Fresno dijo...

"A veces el tiempo se pega a la piel del reloj" Me gusta.
Amiguina, te envío un fuerte abrazo.

Pilar dijo...

El tiempo...Algo tan sencillo y tan complejo a la hora de definirlo. Me gustq el tuyo, que se pega a la piel del reloj.
Petons!

Ana María dijo...

Muy bonito tu texto! Que el tiempo siga dándote calma, aceptación y, sobre todo, luz. Abrazo.

Gloria dijo...

Steki, gracias por tu apreciación. Un abrazo.

Celia, el tiempo se escapa mas, nos entrega una gran riqueza.
Un abrazo.

Pilar, mi tiempo te incluye en la amistad.
Un abrazo.

Ana, tus deseos se impregnan en el tiempo y me revitalizan. gracias. Un abrazo.