jueves, 10 de febrero de 2011

Aprendiendo a ver

Una brisa nueva refresca mis ojos.



Veo un aromo y creo percibir su plática perfumada.
Veo letras y sospecho que tejen mensajes de amor.
Veo una flor y recobro la primavera aún en invierno.
Veo una antena  y pienso en  la unidad.
Veo el cielo y espío mi ser infinito.
Veo una cascada  y descubro una fresca y rumorosa plegaria.
Veo la roca montañosa  y creo observar la morada del silencio.
Veo el hechizo del universo: lo innegable y lo supuesto.
Veo que mi corazón goza.
Veo en la vida el rostro de Dios.

7 comentarios:

Celia Álvarez Fresno dijo...

Es precioso tu escrito. Ves a Dios en todo, y entonces, ya sabes lo que es felicidad.
Me ha encantado.-
Te envío un beso enorme.

Primavera dijo...

Una hermosa puesta en letras de un paisaje que maravilla pero la ultima frase es lo que define tan bien todo tu hermoso escrito,
Primavera

Ana María dijo...

¡Qué amplia tu mirada! Eso habla de tu claridad interior. Texto y foto en armonía con el Universo. Abrazo.

EL AVE PEREGRINA dijo...

Gloria, bello canto a la naturaleza en tus maravillosas visiones.Cuando el corazón goza como bien dices todo es belleza y encanto y el rostro de Diosito como dice Frac Rodolfo.

Un abrazo y feliz fin de semana.

Rolando dijo...

Hermosa poesía que sospecho no sólo es literatura... Muchos cariños.

Gloria dijo...

Celia,gracias por tu com y por seguir visitando mi rincón.
Un abrazo.

Primavera, a veces nos cuesta descubrir a Dios en nuestro entorno pero si lo logramos, Él ilumina nuestra vida.
Abrazos.

Ana, la claridad interior es el estado que persigo y persistiré en el intento.
Un abrazo.

Ave, Hay momentos de paz interior que desearíamos perpetuar. Gracias y abrazos.

Rolando, sólo puedo decir que disfruto de los buenos momentos. Un abrazo.

Omar dijo...

El ritmo y la cadencia de tu interior celebrado en palabras. Da como para la instrospección. Un beso.