lunes, 28 de septiembre de 2009

Nieve en primavera




Hay alboroto en mi jardín.

Plantas y flores discuten y afirman que se han equivocado de estación. No pueden creer que hayan recibido hoy, este bautismo blanco.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Encuentro


Cuando mis manos arañen el hueco de tu ausencia

Cuando mi voz descalza lastime sus plantas en pos del eco

Cuando mis ojos descamen la luz para inventar tu rasgos

Cuando mi buscarte te encuentre. . .

Tus caricias enlazarán mis manos heridas

Tus palabras tropezarán con mi jadeante silencio

Tu risa saboreará la sal de mi llanto

Y tu piel. . . y mi piel. . .

Tu piel fuego. Mi piel fuente. . .

Cantarán rocíos de alabanzas,

Chispearán delirios de conciencia

Y reunirán ayeres y mañanas. . .

En ese hoy

Principio y fin de mi existencia.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Enigmas


Me acerco al mar y despierto mis sentidos para…

… descubrir el mensaje de las olas.

… comprender la revelación de un cielo traslúcido.

… desentrañar el brillo de las estrellas.

… entender el motivo de la palidez lunar.

… conocer el secreto de las rocas tan sólidas en la adversidad.

… sentir la pasión del sol al abrazar la naturaleza.

… aprender la sumisión de las palmeras que arquean sus ramas adorando a la madre tierra.

…adivinar el hechizo que encierra el vuelo de las gaviotas.

…desnudar la arena para robarle sus destellos.

…atesorar la seducción de los peces que fluyen enamorando a las olas.

…desenmascarar el lenguaje de las aves que se burlan de las limitaciones humanas.

… abrazar el sortilegio de un silencio ahogado en el susurro de la brisa.

…explorar la simbología de las nubes.

… amar y perdurar el instante sublime en que el agua cautive mi piel.

Primavera




Ya subió Perséfone, prisionera bajo tierra durante seis meses, al regazo de su madre, Deméter.

Y la alegría estalló en primavera. El milagro, una vez más se repitió.

Y los árboles festejaron con guirnaldas de flores.

Y el arco iris bajó a los jardines.

Y el verde invade pacientemente cada rincón de esta parte de la tierra.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Tormenta


Agoniza el día.

Nubes gordas y oscuras bajan al valle.

El atardecer esconde su pálida tristeza.

El viento alerta con sus silbos hirientes

Y las aves débiles y asustadas esponjan sus alas.

Una soledad opaca reina en las calles.

De pronto, estalla un metálico y temerario trueno.

La tormenta galopa alucinada hacia el pueblo.

Las sombras atrevidas y golosas invaden el caserío.

Alguna luz tierna parpadea asombrada,

Cuando el relámpago estalla en arco iris eléctrico.

La calma opresiva del instante previo se instala.

Mi corazón cantarino detiene su ritmo.

Y entre ráfagas roncas y heladas,

El cielo enfadado se abre en agua sobre la tierra.

Todo es confusión y desorden.

Los árboles se arquean turbados,

Las aves escapan heridas,

Las piedras chocan avergonzadas,

Y yo no sé qué hacer con tanta agua

Y escapo confundido de mi cauce

Y empujo troncos y chapas,

Y arrebato desprevenidos animales,

Y en mi desequilibrio, me resigno.

Si tan sólo soy un arroyo de montaña.

martes, 15 de septiembre de 2009

Gemas


Admiro el diamante, piedra genuina

Pues pura resiste cual roca cerrada.

Veo el fulgor de la luna nacarada,

Preciosa gema de luz cristalina.

El rubí, el zafiro, el aguamarina,

Piedras pulidas y dignas de un hada.

Magia y poder es la gema tallada.

Lujo y salud, si ella es adamantina.

¿Cómo pueden mantener su belleza,

Mientras el hombre envilece su alma?

Tal vez la razón implica impureza.

Quizás el enigma de su realeza

Sea la sencillez que ofrece la calma.

Límpida y pura su naturaleza.

martes, 8 de septiembre de 2009

Mi jardín (sólo para compartir esta nueva energía)




Es el mes del color y una energía nueva, poderosa explota en cada terrón del suelo.

Son los brotes que pujan y paren sus retoños lustrosos, con toda la osadía de la juventud para abrazar el mundo y disfrutarlo.

Las plantas más audaces ya ofrecen un arco iris de colores mágicos: los narcisos y sus campanas amarillas, los jacintos ambarinos, los junquillos blancos, los cebollines lilas, las violetas lavandas y las violas rutilantes de colores, que agradece la dulce caricia de la brisa tibia, de las abejas zumbonas y el beso del atrevido colibrí.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Marga


Marga mira a través de los altos ventanales la furia de ese mar compinche que conoce todos sus secretos. Ya no hay veraneantes, ya no hay alboroto, alguno que otro caminante pasea por la húmeda arena sorprendiendo a las gráciles gaviotas.

Su casa se halla enclavada en el acantilado y le permite disfrutar de una vista privilegiada.

La caída de las hojas y los vientos fríos traen olas rugientes, cielos pálidos y estados de ánimos grisáceos para Marga.

El otoño de la vida también se refugia en ella y tras esos cristales pasa revista a todo aquello que hizo arder en su interior una chispa de magia en tiempos pasados: una familia pequeña y maravillosa que se diluyó con la ayuda de la muerte y en otros casos, con la distancia; algunos amores que decidieron emigrar aunque se filtran aún en sus sueños como retazos raídos de vetustas emociones.

Y la murga de los años jóvenes se desdibuja en los cristales de su privilegiado ventanal, y se siente sola, muda, agria, gris en su mirador de cielo y agua tras levantar en su alma una égida de paz y soledad, tan sólo invadida por la música. Es con ella que cubre sus huecos, que baja la guardia, que gira y gira hasta quedarse sin aire. Es con la música que se libera de la dama otoñal para redescubrir su espíritu deseoso de vivencias nuevas.

El mar la conoce y la saluda cada mañana, unas veces con garra y otras con placidez de arrullos protectores.

Y se acostumbró a pasar horas mirando sus olas, su arena, sus adoradores. Sabe que el joven de pantalones cortos corre tres veces por semana siempre, sin importarle el frío, la lluvia o el viento. Sabe que la señora entrada en años de equipo oscuro viene sólo cuando hay buen tiempo. Sabe que ese hombre maduro de anteojos, es amante de los perros porque pasea a esos tres Manto Negro y juega como un niño con ellos.

A esta altura del año casi todos los que pasan son conocidos porque los paseantes se reducen a los que viven en los alrededores. Sin embargo esa pareja que se acerca en esta mañana brillante como una gema auténtica, no parece ser del lugar. Marga los mira con atención porque no hay turistas en esta época y menos en este pueblo tan alejado de la civilización. Algo le llama la atención, especialmente de la mujer que cree conocida, dónde la habrá visto, piensa, o a quién se parece. Su forma de caminar, su pelo, el estilo de su ropa y hasta diría que una blusa de un color familiar y también una falda igual a . . . y hasta las mismas botas.

Extrañada e interesada baja rauda una a una cada grada que la separan de la playa, camina decidida hasta alcanzar a la pareja, ya está a la par y cuando con disimulo gira su cabeza, no puede creer lo que ve:¡Esa mujer es idéntica a ella!.

Se agita, se asombra, se espanta, no puede creer. La pareja no la mira, como si Marga no existiera y se dirigen hacia un parador que ella antes no había registrado en sus paseos, -Debe ser nuevo- piensa. Marga decide acercarse y hablarles. Toma coraje y les pregunta la hora pero descubre que no la ven ni la escuchan. Azorada, se dirige al vendedor y tampoco él nota su presencia. –No puede ser, es una pesadilla- grita y los personajes siguen inmutables. – ¿Qué está pasando?- exclama, mirando hacia el mar pero no hay respuesta. Vuelve sobre sus pasos y siente que una guerra de pensamientos se adereza en su interior. Regresa cansada, el clima ha cambiado abruptamente y ahora una opresiva garúa le muerde la cara. Sube agobiada una a una las gradas de su amada guarida y al llegar al último escalón resbala en la roca humedecida por la llovizna, y cae. Rueda liviana, grácil, tiene una sensación de levitar, un amor profundo invade su pecho, se siente feliz, respira aliviada y su conciencia por fin, se duerme.

Marga está frente al gran ventanal, sentada en su sillón favorito, la bota de yeso aprisiona su pierna derecha y sostiene un libro de Kryón[1] en sus manos donde lee:

"Están comenzando a reconocer las personalidades... Piezas y partes de aquellos que llamamos ustedes.

Son piezas y partes de un rompecabezas acerca del cual se estuvieron cuestionando toda la vida.

Muchos la vieron (a esa energía) realmente, y creen que es una energía angelical… una energía de los guías… o quizás de los del pasado. ¿Quién hubiera pensado jamás que podían ser partes divinas de ustedes mismos?"

Marga deja resbalar el libro desde sus manos hasta el regazo y mira con insistencia el mar o más allá del mar.



[1] Libro Kryon 10 “Una nueva dispensación” (Hablando sin rodeos en tiempos de confusión) de Lee Carroll. Pág. 18 y 19

martes, 1 de septiembre de 2009

Alquimia


Si digo “Luz”

…el sol hiere la vida con sus rayos calientes.

…la brisa se enjoya con brillos y aromas.

…la música susurra ángeles en mis oídos.

Si digo “Paz”

…el amanecer abraza al mar calmo.

…el jacarandá hechiza la tierra en lavanda.

…el silencio despeina hasta el trémulo gorjeo.

Si digo “Amor”

…las pupilas espían la emoción del deleite.

…las manos saborean la caricia.

…la piel atrapa los secretos de la entrega.

Si digo “tu nombre”

…la “Luz” se desintegra en fuego.

…la “Paz” me acuna en su llovizna tierna.

…y el “Amor” libera mi ser interior.