sábado, 14 de noviembre de 2009

Soy




Estoy sola aquí, la música suena.                                
Estoy anciana allí, espero sin embargo.
El yo se escapa, no quiere condena,
Persiste adormilado en su letargo.

¿Hay luz o sombra? Penumbra serena.
El fruto cortado ¿fue miel o amargo?
Siempre la disyuntiva, cal o arena
Y no puedo evitar hacerme cargo.

Todo late, el corazón se estremece.
La sangre arde, ruge, bulle sonora.
El túnel libera un rayo que crece.

La sombra corre, otro gemido llora.
Soy un ser irrepetible que merece,
Al fin la esencia de mi Dios ahora.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso poema.

Soledad Arrieta dijo...

Triste, triste, nostálgico, alienación de soledades y ausencias, todo mezclado y armado en perfectos versos. Me gustó mucho.
Cariños!

Ana María dijo...

Este poema es como la madrugada... vive la ausencia de luz pero aguarda la llegada del alba.
Cariños.

julio dijo...

Pues en ese ahora es donde vamos a encontrar ese Dios que anhelamos y del que nuestro yo no querrá escaparse.

Encantado de entrar y comentarte

Un abrazo

Gloria dijo...

Angus: Gracias por tu visita y tus palabras. Un abrazo

Sol: La tristeza a veces se intensifica para encontrar la alegría.
Cariños

Ana: Perfecta tu metáfora, me encantó.
Cariños

Julio: Gracias por acercarte a mi blog y por dejar tu comentario.
Un saludo

Jesus Dominguez dijo...

Un soneto genial. La música mana de él en cada verso.

Un saludo

Jesús Domínguez

Gloria dijo...

Jesús:Gracias por tu visita y tu comentario
Saludos